Consultada el 13.05.2010
"En el cielo era de día. Color azul intenso, sol cegador, nubes, árboles, naturaleza. Mas en mi pequeño refugio todo era oscuridad y noche. La nocturnidad no me ha abandonado nunca, apenas iluminada por la luz titilante de una farola. ¿Imposible? Tal vez, pero cierto. El ambiente lóbrego en el que me sumergo lo dice todo: el día no existe en mi cabeza".
Lo he escogido porque siempre me ha despertado una tremenda curiosidad y a su vez desconcierto. Me sorprende esa contradicción que se desprende del cuadro: arriba, en el cielo, es de día, sin embargo, pocos metros más abajo, la casa está débilmente iluminada por una farola, lo que nos indica que es de noche. Esta imposibilidad, este fenómeno que no se puede dar en la naturaleza me resulta, cuanto menos, creativo y fantasioso.
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